Por sus condiciones naturales las bahías poseen un encanto que atrae la atención de quienes pueden admirar semejante creación y donde conviven diversos factores que las convierten en enclaves idóneos para el desarrollo del turismo en las naciones.
Desde tiempos inmemorables, las bahías o ensenadas han servido como punto de llegada de embarcaciones que traían consigo conquistadores, invasores, o colonizadores y así con el paso del tiempo han sido punto de embarque y desembarque de innumerables navíos, desde mercantes, cruceros hasta deportivos.
Regularmente flanqueadas por islotes que guardan y comparten una rica variedad de flora y fauna costera marina, las bahías cumplen una función mística en el valor del desarrollo de los asentamientos que guardan en sus sueños aquel recuerdo de sus antepasados que alojaron bajo la brisa marina la esperanza de una vida plena a orillas del mar.
Y así se podría describir aquellos sentimientos que impregnaron a los primeros pobladores de Samaná y su península. ¿Quien de ellos podrían pensar algún día que su bahía, la misma que le da la bienvenida cada año a las ballenas jorobadas, seria considerada en otras latitudes como una de las mas hermosas del mundo?.
Biodiversidad, paisajes naturales y urbanos, comunidad, atractivos ecoturisticos y su gente son algunas de las características que convierten a las Bahías de Samaná y Rincón en las Galeras, aptas para que formen parte del selecto grupo del Club de las Mas Bellas Bahías del Mundo.
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